basura espacial

La basura espacial, temida durante mucho tiempo, ahora es una amenaza inminente: Adam Minter

(Adam Minter es el autor de “Junkyard Planet: Travels in the Billion-Dollar Trash Trade”. Esta columna apareció por primera vez en Bloomberg el 1 de septiembre de 2021)

  • En marzo, un satélite militar chino pareció desintegrarse espontáneamente en órbita, dejando un rastro de escombros muy por encima de la Tierra. Si China sabía algo, no lo decía. ¿Explotó el sistema de propulsión? ¿Hubo una colisión con parte de la basura espacial que se está acumulando en órbita? ¿O sucedió algo un poco más conspirativo? El misterio persistió hasta el mes pasado, cuando un astrónomo del Centro de Astrofísica anunció la respuesta. Yunhai 1-02, como se conoce al satélite, chocó con un pedazo de chatarra sobrante del lanzamiento de un cohete ruso en 1996. Fue el primer gran accidente en órbita terrestre desde 2009. No será el último. Gracias a los avances económicos en las tecnologías de cohetes y satélites, más países y empresas se están preparando para poner en órbita más cosas que nunca. Mientras lo hacen, el riesgo de colisiones solo aumentará. La buena noticia es que la basura espacial es uno de los raros problemas en los que los adversarios geopolíticos y los rivales corporativos deberían encontrar una causa común. Al menos, esa es la esperanza...

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