(7 de Octubre, 2024) La historia de Reshma Rajeev es una historia de dedicación y preservación cultural, un relato que comenzó en los exuberantes paisajes de Kerala, en la India, y llegó hasta las costas caribeñas de Trinidad y Tobago. Bailarina, profesora y embajadora cultural del Instituto Mahatma Gandhi para la Cooperación Cultural, Reshma Rajeev dejó atrás su carrera en los medios de comunicación para seguir su pasión por esta danza clásica india. Desde entonces, su trayectoria ha dado paso a una misión que conecta a la diáspora india en Trinidad y Tobago con sus raíces, celebrando el arte atemporal del Bharatanatyam.
Los comienzos en Kerala: la semilla de un sueño
Nacida y criada en Kerala, Reshma creció en una familia que valoraba la educación y la tradición. Si bien los desafíos de una educación de clase media trajeron consigo sus propias limitaciones, desde muy joven quedó cautivada por el encanto de Bharatanatyam. “Sin importar tu origen o el nivel de apoyo que recibas, abraza tu pasión y trabaja duro por tus sueños”, dice. India global dijo.
Tras licenciarse en Literatura Inglesa y Comunicación de Masas, Reshma comenzó una prometedora carrera en los medios de comunicación, pero algo le faltaba. El fuego artístico que Bharatanatyam había encendido en su juventud seguía ardiendo, impulsándola a correr riesgos, abandonar su trabajo estable y sumergirse de lleno en su pasión por la danza. Con determinación y coraje, se inscribió en la Fundación Kalakshetra en Chennai, una institución reconocida por su dedicación a las artes y la cultura clásicas indias. Inmersa en la rigurosa formación y la filosofía espiritual de Bharatanatyam, encontró su vocación. Continuó sus estudios hasta obtener un máster en Bharatanatyam en la Universidad de Madrás, donde perfeccionó aún más sus habilidades y profundizó su comprensión del arte.
Este viaje a través de Kalakshetra y la Universidad de Madrás la formaría no solo como bailarina, sino también como profesora y defensora cultural. El Bharatanatyam se convirtió para ella en algo más que una forma de arte: era un vínculo que la conectaba con su herencia y sus tradiciones. Fue allí, en los salones de baile de Chennai, donde empezó a arraigarse la idea de compartir este tesoro con los demás.
Trinidad y Tobago: Nuevas costas, ritmos familiares
Hace dos años, el camino de Reshma la llevó a cruzar los mares hasta Trinidad y Tobago, una tierra donde la diáspora india tiene una presencia profunda y legendaria. El trabajo de Reshma está profundamente conectado con la historia más amplia de la diáspora india en Trinidad y Tobago. La migración india a la isla comenzó en el siglo XIX, cuando las autoridades coloniales británicas trajeron trabajadores contratados de la India para trabajar en las plantaciones de azúcar de la isla. Entre 19 y 1845, decenas de miles de indios, principalmente de Uttar Pradesh y Bihar, viajaron a través de los mares, llevando consigo su idioma, religión, costumbres y tradiciones.
A pesar de las dificultades de la vida en las plantaciones, estas primeras comunidades indias preservaron su identidad cultural, establecieron templos, practicaron su fe y celebraron sus festivales. A lo largo de las generaciones, la diáspora se ha convertido en una parte vibrante del tejido social de Trinidad y Tobago, y sus descendientes representan aproximadamente el 40 por ciento de la población en la actualidad. Hoy en día, el patrimonio cultural indio sigue siendo fuerte y se celebra con entusiasmo a través de festivales como Diwali y Holi, mientras que la música tradicional, la danza y las artes clásicas siguen prosperando en toda la isla. “Los lugareños aprecian la riqueza de la cultura india, que incluye festivales y celebraciones de música y danza tradicionales”.
Para Reshma, llegar a Trinidad y Tobago fue un shock cultural y una especie de regreso a casa. Descubrió una mezcla única de tradiciones indias y caribeñas, y encontró sabores familiares en la comida, notas de música india en las melodías trinitarias y rastros de espiritualidad india en las prácticas religiosas locales.
“Desde que llegué aquí, me han sorprendido las similitudes culturales. Todo lo que necesitamos lo podemos encontrar aquí: desde templos hasta música, hay un trocito de la India en cada rincón”.
Reshma se unió al Instituto Mahatma Gandhi para la Cooperación Cultural, una organización comprometida con el fortalecimiento de los lazos indocaribeños. En su papel como instructora de danza, Reshma se ha convertido en un puente entre dos mundos, introduciendo a los estudiantes de Trinidad a la gracia y la espiritualidad del Bharatanatyam. A través del Instituto, enseña Bharatanatyam junto con otras artes clásicas indias, como tabla, armonio, música indostánica, yoga e incluso los idiomas hindi y sánscrito. Su objetivo es simple pero profundo: brindar a la diáspora india y a otros un lugar para conectarse con las tradiciones indias y cultivar un sentido de identidad y pertenencia.
Espacio de las Artes Ananthara: un refugio cultural
Impulsada por su pasión por compartir el Bharatanatyam, Reshma Rajeev fundó Ananthara Space of Arts en Trinidad. Lo que comenzó como una pequeña academia de danza se ha convertido en un refugio cultural tanto para personas de origen indio como para cualquier persona de Trinidad interesada en explorar las artes clásicas indias. “La academia se ha convertido en algo más que un lugar para la danza”, explicó Reshma. “Es un lugar de encuentro, un santuario para quienes quieren reconectarse con la cultura india o aprender sobre ella”.
A través de Ananthara, ha organizado más de 30 talleres en línea y numerosos eventos presenciales, llegando a estudiantes de todo el mundo. Cada año, estos estudiantes se reúnen para mostrar Bharatanatyam, expresando la belleza, la profundidad y la espiritualidad de la forma de danza. Para muchos trinitarios de origen indio, Ananthara proporciona una valiosa conexión con sus raíces, permitiéndoles ahondar en las historias, los símbolos y los significados espirituales que encapsula Bharatanatyam.
Como danza clásica, el Bharatanatyam va más allá de una mera interpretación. Es una forma de contar historias, rica en gestos expresivos con las manos, un intrincado trabajo de pies y simbolismo espiritual. Originario de Tamil Nadu hace más de 2,000 años, el Bharatanatyam se realizaba inicialmente en templos como una ofrenda sagrada a los dioses. Hoy en día, sigue siendo una expresión vital de la espiritualidad y la historia de la India, que une lo antiguo con lo contemporáneo, lo físico con lo metafísico. “En cada paso y cada gesto hay una historia, una conexión con algo más grande”, agregó Reshma.
Fomentar las conexiones y la identidad culturales
El impacto de Reshma no se limita al estudio de danza. A través del Instituto Mahatma Gandhi, desempeña un papel clave en el fomento de la cooperación cultural entre la India y Trinidad y Tobago. Esto incluye la promoción de estudios de idiomas, como el hindi y el sánscrito, y la impartición de clases de instrumentos y música tradicionales de la India. La Alta Comisión de la India en Trinidad y Tobago colabora a menudo con ella para organizar eventos y talleres culturales, lo que fortalece aún más los vínculos entre los dos países.
Para muchos miembros de la diáspora india en Trinidad, las clases de Reshma ofrecen más que instrucción de danza: proporcionan una sensación de continuidad cultural, un recordatorio de los valores y prácticas transmitidos de generación en generación.
“La diáspora india que vive aquí celebra todos los festivales culturales: Diwali, Navratri, Dussehra, Eid. Nos sentimos como si estuviéramos de nuevo en la India. A través de estas experiencias compartidas, creamos una comunidad, una familia que se extiende más allá de las fronteras”.
A través de Bharatanatyam, Reshma Rajeev ayuda a la diáspora india a mantener una conexión profunda con su herencia, al mismo tiempo que presenta a los estudiantes caribeños las complejidades de la cultura india. Sus estudiantes de danza son tan diversos como Trinidad misma: indios, afrotrinitenses y otros que simplemente desean experimentar la belleza de la danza clásica india. Para Reshma, esta diversidad es un testimonio del atractivo universal de Bharatanatyam. “Esta forma de danza tiene un lenguaje que llega a todos. No es necesario ser indio para sentir su espíritu”, reflexiona con orgullo.
Un legado artístico y una vocación personal
Para Reshma Rajeev, enseñar Bharatanatyam en Trinidad es más que una profesión; es una vocación que resuena profundamente con su sentido de propósito. A través de sus enseñanzas, Reshma está cultivando la próxima generación de portadores de la antorcha cultural, transmitiendo un legado que abarca continentes y siglos. Su viaje desde Kerala a Trinidad y Tobago ejemplifica el poder del arte para tender puentes, sanar divisiones y fomentar el entendimiento entre diferentes culturas. Para sus estudiantes, Bharatanatyam es más que una forma de danza: es un medio de autoexpresión, una puerta a la espiritualidad y un salvavidas para su pasado ancestral. “A través de Bharatanatyam, puedo devolverle algo al mundo, compartir algo que se ha apreciado durante siglos”.
En los momentos de tranquilidad entre clases, mientras observa a sus estudiantes practicar el rítmico juego de pies y los gestos expresivos del Bharatanatyam, Reshma sabe que su trabajo está marcando una diferencia. Ha traído un trocito de la India a Trinidad y Tobago, no solo en forma de danza, sino en forma de puente que conecta dos culturas, dos historias y dos pueblos. En su corazón, Reshma no es solo una bailarina, sino una guardiana del patrimonio, una narradora de historias y una guardiana de la tradición, que seguirá inspirando con cada elegante paso.
En Trinidad y Tobago, donde las culturas convergen en una armonía única y vibrante, su trabajo con Bharatanatyam ofrece una ventana al rico pasado de la India y un puente hacia el entendimiento compartido. El viaje de Reshma inspira no solo a la diáspora india, sino también a personas de diversos orígenes a abrazar su herencia con orgullo, a perseguir sus pasiones sin descanso y a apreciar la belleza compartida del intercambio cultural. A través de su arte y su enseñanza, recuerda a la comunidad trinitaria (y más allá) que el mundo se enriquece cuando celebramos juntos nuestras identidades únicas.
- Sigue a Reshma Rajeev en Facebook