(4 de noviembre, 2024) Kal Penn recuerda el día en que cambió su nombre. Estaba empezando como actor, era un estudiante universitario que enviaba fotos de su rostro a agentes de casting y recibía silencio a cambio. Un amigo le sugirió un cambio simple: llamarse “Kal Penn” en lugar de Kalpen Modi y tal vez obtendría una respuesta. Se rió, pero la curiosidad pudo más que él. Una semana después de enviar fotos de su rostro con su nuevo nombre, ya tenía audiciones programadas. “Fue surrealista”, recuerda. “Solo con cambiar mi nombre me hicieron visible para ellos”.
Conocido por su papel de Kumar en la Harold y Kumar En su serie, Penn trajo uno de los primeros personajes complejos de origen asiático-estadounidense a la comedia convencional, cambiando la forma en que el público veía a los protagonistas asiático-estadounidenses en la pantalla. El impacto de Penn no se detuvo en la comedia; durante dos décadas, asumió papeles en películas como El buen nombre y superviviente designado, ampliando la representación de los asiáticos del sur en el cine y la televisión estadounidenses. India global En 2009, abandonó Hollywood para unirse a la administración Obama, sorprendiendo a muchos que no podían entender por qué había cambiado la actuación por la política. Para él, lo importante era el servicio público, un valor con el que creció. En su nuevo puesto, Penn trabajó en la divulgación entre las comunidades asiático-americanas, de las islas del Pacífico y las artísticas. Aunque se le consideraba "el actor" de Washington, la asesora Valerie Jarrett le recordó que estaba allí por su perspectiva única, no por su fama.
Primeros años
Penn creció en Montclair, Nueva Jersey, hijo de inmigrantes indios que tenían grandes esperanzas en su futuro. Su padre llegó a Estados Unidos con un puñado de dólares y trabajó para dar estabilidad a su familia. Para ellos, una carrera en medicina o ingeniería significaría que Penn “lo había logrado”. “Actuar era algo que simplemente no podían considerar estable”, dice. Pero Penn se sintió atraído por el teatro desde muy joven, actuando en obras escolares, sabiendo que el apoyo de su familia conllevaba preocupaciones. Llevó esta pasión a la UCLA, donde se especializó en sociología y teatro, donde se enfrentó a las realidades de intentar entrar en Hollywood como actor del sur de Asia.
“Todos los papeles que me tocaban eran estereotipos”, recuerda, recordando sus primeras audiciones. Se presentaba y se encontraba con que los papeles para los que estaba leyendo eran de taxistas, técnicos de soporte o “extranjeros” sin nombre que apenas tenían diálogos. “Se esperaba que pusiera acento, que actuara como una caricatura”, dice. La industria no estaba interesada en contratarlo para el papel protagonista, pero Penn siguió insistiendo, convencido de que podía demostrarles que estaban equivocados.
llamada de hollywood
En 2004, Penn consiguió su gran éxito con Harold & Kumar Go to White Castle, una comedia sobre dos amigos drogadictos que se embarcan en una búsqueda surrealista de comida rápida. El personaje de Kumar no se parecía a nada que hubiera visto antes: un protagonista surasiático divertido, con defectos y un tipo normal. “Leí el guion y pensé: 'Esto es diferente'”, dice. “Kumar no era el chiste, era el tipo con una historia”. La película se convirtió en un éxito inesperado y el público se conectó con Kumar, especialmente los jóvenes que rara vez veían a alguien que se pareciera a ellos en un papel como este. Para Penn, el papel fue una revelación, una prueba de que había espacio para los surasiáticos como algo más que simples estereotipos.
Pero Harold y Kumar No transformó Hollywood de la noche a la mañana. “La gente suponía que esa película me abriría todas las puertas”, dice, “pero me seguían llegando ofertas para el mismo tipo de papeles”. En lugar de conformarse, Penn buscó papeles que desafiaran la estrecha visión que la industria tenía de él. Uno de ellos fue El buen nombre, basada en la novela de Jhumpa Lahiri. Dirigida por Mira Nair, la película sigue a Gogol, un joven que se encuentra a caballo entre su herencia india y su identidad estadounidense. “Fue el papel más gratificante que he tenido”, dice Penn, señalando que le dio la oportunidad de contar una historia que parecía real. “Me pude identificar con Gogol en muchos niveles, fue más que solo actuar”.
Politica
En 2007, mientras filmaba el drama televisivo CasaLa vida de Penn dio un giro inesperado. Una amiga y coprotagonista, Olivia Wilde, lo invitó a un evento de campaña de Barack Obama. Penn fue, curioso pero sin grandes expectativas. Sin embargo, al escuchar a Obama, algo cambió. “Hablaba sobre el cambio de una manera que parecía real”, recuerda Penn. Inspirado, se unió a la campaña como voluntario, viajando a Iowa para tocar puertas y conectarse con los votantes, muchos de los cuales se sorprendieron al ver una cara familiar en la puerta de su casa.
En 2009, tras la victoria de Obama, Kal Penn tomó una decisión sorprendente: se alejó de la actuación para unirse a la administración como director asociado en la Oficina de Participación Pública de la Casa Blanca. “La gente pensaba que estaba loco”, dice. “No podían entender por qué había dejado Hollywood para ir a Washington”. Para Penn, sin embargo, no se trataba de abandonar una carrera por otra; se trataba del servicio público, algo de lo que había oído hablar en su familia. “Mi familia no luchó por las oportunidades sólo para que yo pudiera conformarme con algo fácil”, dice.
En Washington, Penn se centró en la divulgación entre los estadounidenses de origen asiático, los habitantes de las islas del Pacífico y la comunidad artística, pero también se enfrentó a un nuevo tipo de desafío. “En Hollywood, me encasillaban como el ‘chico indio’”, dice. “En DC, era ‘el actor’”. Recuerda haberle contado sus preocupaciones a su asesora principal, Valerie Jarrett. Ella lo tranquilizó diciéndole: “Estás aquí por lo que aportas, no por lo que has hecho en la pantalla”. El apoyo de Jarrett lo ayudó a asumir su papel y a conectarse con comunidades de todo el país. “No se trataba de ser reconocido, se trataba de hacer el trabajo”, dice.
Su mandato de dos años en la Casa Blanca terminó en 2011, pero la experiencia le dejó un impacto duradero. “Ser parte de algo significativo fue una sensación nueva para mí”, dice. Después de regresar a Hollywood, Penn descubrió que su tiempo en Washington había ampliado su sentido de propósito. “Me dio una perspectiva diferente sobre lo que importa”, reflexiona.
Vida personal
En 2021, Penn publicó You Can't Be Serious=, una autobiografía que abrió una nueva ventana a su vida, en particular a su relación de larga duración con su pareja, Josh. Durante más de una década, mantuvo su relación en privado. “A Josh no le gusta ser el centro de atención y yo lo respetaba”, explica. Pero escribir las memorias le pareció un momento para ser sincero. “Quería mostrarme plenamente como soy”, dice, y añade que la respuesta de los lectores fue abrumadoramente solidaria.
Para Kal Penn, hablar abiertamente de su vida personal no era una cuestión de hacer una declaración, sino de autenticidad. “Sabía que compartir mi historia podía hacer que los demás se sintieran vistos”, afirma. Durante años, Penn había sido una figura visible en Hollywood, pero ahora estaba aportando cada parte de su identidad a la conversación.
Legado
Hoy, Kal Penn es una figura que ha traspasado los límites de Hollywood y Washington, demostrando que es posible crear espacio para voces más diversas. “He aprendido que no hay que ser solo una cosa”, dice. Para él, esa verdad ha dado forma a una carrera que desafía cualquier categorización fácil. Mientras continúa trabajando en Hollywood y más allá, se centra en contar historias que importen, creando espacio para que otros cuenten las suyas.
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