(13 de setiembre de 2024) La "majestuosa bola azul" es la descripción que Gopichand Thotakura hizo de la Tierra cuando la vio por primera vez desde el espacio. El joven de 30 años hizo historia al convertirse en el primer turista espacial indio al despegar en el New Shephard de Blue Origin desde un rancho privado en el oeste de Texas hace unos meses. Fue el único indio entre la tripulación de seis miembros que partió hacia la gravedad de la Tierra. "Todo indio necesita ir al espacio para ver cómo es", dijo en una entrevista, y agregó: "No puedo describirlo, hay que verlo, hay que vivirlo en el momento, y luego te cambiará para siempre".
Gopichand es el artífice de la creación de Preserve Life, un centro de bienestar valorado en millones de dólares que está tomando forma en las afueras de Atlanta (EE.UU.). El año pasado se incorporó a la misión NS-25 de Blue Origin, convirtiéndose en el segundo indio elegido para una misión espacial después del astronauta Rakesh Sharma. Al recordar su experiencia de vuelo espacial de 11 minutos, afirma: “La experiencia es indescriptible, un viaje emocionante de ingravidez y vistas impresionantes. Y no me di cuenta hasta que vi por primera vez la curvatura de la majestuosa bola azul, y entonces me di cuenta de que nos estamos perdiendo algo: darnos cuenta de lo afortunados que somos de estar vivos, de pie, jugando y durmiendo aquí en este planeta”.
Amor por la aviación
El nacido en Vijayawada se mudó a los EE. UU. para buscar oportunidades comerciales después de que el Covid-19 afectara a personas de todo el mundo. "Mis raíces siguen siendo firmemente indias, con mi familia, la escuela y el comienzo de mi carrera en la India", dijo a un diario. De niño, estudió en varias ciudades de la India, debido a los viajes de negocios de su padre. Esto lo expuso a diversas culturas y encontró su amor y pasión en la aviación. Sin embargo, fue mientras volaba en KLM Royal Dutch Airlines cuando visitó por primera vez una cabina de mando, lo que le dio la idea de convertirse en piloto. Para convertir su sueño en realidad, terminó matriculándose en ciencias aeronáuticas en la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle en Florida, EE. UU.
Siguiendo su pasión, se convirtió en piloto médico y comercial, y voló en una amplia gama de aeronaves, incluidos aviones antiguos de la Segunda Guerra Mundial. Fue en Estados Unidos donde realizó su formación y, después de cinco años, regresó a la India y se dedicó a la evacuación médica. En 2010, siempre aspiró a ir al espacio. “Eso significaba ir a través de la NASA o ser ciudadano estadounidense y esas eran barreras para mí. Blue Origin me abrió las puertas a nuevas oportunidades”, dijo.
Visitar el espacio como turista
Así que, cuando se le presentó la oportunidad de viajar al espacio como turista, Gopichand la aprovechó al máximo. “Estaba decidido a embarcarme en una misión tripulada. Es un deseo de llevar sangre india (la etnia) al espacio”. Pero eso requería que los miembros de la tripulación se sometieran a un entrenamiento, tanto físico como mental. “¿Pueden soportar el impacto? ¿El asombro? ¿La posibilidad de congelarse bajo presión? Esas son solo algunas de las consideraciones”.
Sin embargo, Gopichand cree que más que recursos, lo que la gente necesita es determinación para trabajar en sus sueños. Pero también hizo hincapié en cómo los gobiernos, los inversores y los capitalistas de riesgo privados pueden desempeñar un papel importante para enviar más personas al espacio. Opina que la India ha dejado su huella en la exploración espacial al aterrizar con éxito el Chandrayaan-3 en el Polo Sur de la Luna a una fracción del coste en comparación con agencias como la NASA. "No necesitamos agencias extranjeras. Tenemos agencias en la India que pueden comprar agencias extranjeras que están invirtiendo. Al cerrar la brecha entre las mentes innovadoras y los empresarios, la India puede superar las expectativas", dijo.
El empresario y piloto, que regresó de su primer vuelo, no se cansa de enfatizar la importancia del turismo espacial. “Experimentar el espacio de primera mano es esencial para comprender realmente su importancia. Tienes que subir allí para ver cómo es. Y si no lo haces, ninguna película ni ningún globo terráqueo sobre tu escritorio podrá transmitirte su importancia”.
Turismo espacial
El turismo espacial está surgiendo rápidamente como una nueva frontera en la exploración humana, ofreciendo a la gente común la oportunidad de experimentar las maravillas del espacio de primera mano. Con empresas como Blue Origin, SpaceX y Virgin Galactic a la cabeza de los viajes espaciales comerciales, el sueño, alguna vez inimaginable, de aventurarse más allá de la Tierra se está haciendo realidad, y Gopichand es prueba de ello.
El desarrollo de cohetes reutilizables y de tecnología avanzada ha reducido significativamente el costo de los viajes espaciales, haciéndolos más accesibles para quienes no participan en los programas espaciales gubernamentales. Esta industria floreciente no solo alimenta la curiosidad y la innovación, sino que también tiene el potencial de inspirar a las generaciones futuras a explorar lo desconocido y ampliar los límites de los logros humanos. A medida que más empresas privadas invierten en turismo espacial, el sueño de convertir el espacio en un destino de viaje habitual se acerca, ampliando el horizonte de la experiencia y la comprensión humanas.
Su padre siempre lo animó a soñar en grande y quiere que más personas persigan sus sueños. “Quiero demostrar que hay que tener un sueño y que no es realmente importante si eres científico, ingeniero o piloto para poder ir al espacio”, dijo. India global dijo.
Gopichand Thotakura es un pionero en esta nueva era del turismo espacial, ya que se convirtió en el primer turista espacial indio y ha inspirado a otros a seguir su ejemplo. Desde sus raíces en la aviación hasta sus aventuras en el ámbito del bienestar y los viajes espaciales, su trayectoria encarna el poder de la ambición y la perseverancia. Su experiencia en vuelos espaciales, combinada con su espíritu emprendedor, refleja su deseo de tender puentes entre los sueños y la realidad.
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