(Abril 1, 2025) Para Arsh Pal, de 15 años, el camino siempre ha sido claro: pintar con propósito, dar con el corazón. Lo que comenzó como un pasatiempo infantil se ha convertido en un poderoso movimiento de creatividad, compasión e impacto comunitario. A la tierna edad de ocho años, Arsh hizo algo extraordinario. Vendió sus obras de arte y donó sus primeros $1,000 al Hospital de Investigación Infantil St. Jude en EE. UU., que trata y combate el cáncer infantil sin costo para las familias. Ese hito marcó el comienzo de una trayectoria que ya dura siete años, durante los cuales Arsh ha recaudado más de $22,000 para diversas causas benéficas.
“Hago mi arte sabiendo que puedo ayudar a las personas necesitadas, lo que me da una sensación de realización”. La ganadora del premio Diana cuenta India global.
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Un encuentro con la empatía
Nacido en Davenport, Iowa, Arsh se crio en una familia que valora el servicio y la amabilidad. Su madre trabaja como terapeuta ocupacional, y fue al acompañarla a la residencia de ancianos donde trabajaba que Arsh conoció un mundo necesitado de alegría y conexión humana.
Allí, presenció la soledad que a menudo se cierne sobre los ancianos como una niebla silenciosa. Pero Arsh pronto se dio cuenta de que podía hacer algo al respecto. A través de conversaciones amistosas, juegos terapéuticos y, finalmente, su arte, comenzó a alegrarles el día. "Doy clases de arte a personas de todas las edades para ayudarles con sus actividades recreativas", comenta el joven, y añade: "El arte es un método curativo que puede brindar felicidad y una sensación de logro".
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Los primeros 1,000 dólares: un punto de inflexión a los ocho años
Lo que realmente distinguió la trayectoria de Arsh fue su deseo de convertir su talento en un impacto tangible. Con tan solo ocho años, se fijó una meta ambiciosa para cualquiera, y más aún para un niño: recaudar 1,000 dólares para el Hospital de Investigación Infantil St. Jude. "Al principio, la gente pensaba que no sería capaz, pero le puse todo el corazón", recuerda.
Con una determinación que desafiaba su edad, Arsh vendió sus pinturas a simpatizantes locales. Tras alcanzar la meta de $1,000, no solo se sintió orgulloso, sino que se sintió transformado. Ese éxito inicial impulsó su misión, y desde entonces no ha mirado atrás. A lo largo de los años, ha seguido recaudando fondos para St. Jude, la Fundación Make-A-Wish y muchas otras organizaciones dedicadas a ayudar a los necesitados.

Arsh Pal después de recaudar más fondos para el Hospital St. Jude en 2023
Arte para subastar y corazones conquistados
Si bien muchas de las pinturas de Arsh se venden a través de Instagram y Facebook, su obra también ha llegado a subastas benéficas, donde ha alcanzado sumas extraordinarias. En un momento destacado, dos de sus piezas se vendieron por 5,000 dólares cada una, su mayor logro como artista.
Pero para Arsh, el dinero es solo una parte de la historia. Su crecimiento artístico es constante y ahora toma clases avanzadas de pintura para perfeccionar su técnica y profundizar su voz creativa.


Una de las creaciones de Arsh en una subasta.
Enseñando con el corazón
El compromiso de Arsh con la donación no se limita a la recaudación de fondos. Durante más de cinco años, ha sido voluntario en residencias de ancianos, impartiendo clases de arte para residentes, muchos de ellos mayores o con discapacidades. Enseñarles ha sido una experiencia enriquecedora, que le ha ayudado a desarrollar no solo confianza, sino también empatía.
“Enseñarles ha sido una experiencia de aprendizaje para mí”, dice. “Me enseñó a ser más seguro, respetuoso, responsable y amable. Es más difícil enseñar a personas mayores o con discapacidades, pero también es más gratificante”. Los residentes han forjado vínculos con él y a menudo esperan con ilusión sus visitas y clases.


Arsh con personas mayores después de una de las sesiones de enseñanza.
Liderando el camino para los jóvenes creadores de cambios
Arsh también es un portavoz del liderazgo juvenil en el servicio. Como miembro del movimiento Giving Tuesday y de la Fundación Loukoumi, trabaja para inspirar a los jóvenes a usar sus pasiones para una causa mayor. Como miembro de la junta directiva del Consejo de Buenas Acciones de la Fundación Loukoumi, guía a estudiantes para que descubran cómo incluso los pequeños actos de bondad y el uso de sus aficiones para el bien de los demás pueden tener un impacto positivo.
Su mensaje a los jóvenes creadores de cambios es simple pero contundente: «Descubre en qué eres bueno y úsalo para ayudar a la gente. No tiene que ser algo grande. Incluso abrirle la puerta o felicitar a alguien puede marcar la diferencia».


Arsh Pal
Premios y reconocimientos
El impacto de la obra de Arsh le ha valido reconocimiento internacional. Su larga lista de premios incluye el Premio Gloria Barron para Jóvenes Héroes, el Premio Internacional Star Kids, el High Flyer 50 de la India y el Premio Nacional Thomas Jefferson. Entre todos estos galardones, el que más destaca es el prestigioso Premio Princesa Diana del Reino Unido.
“Me inspira el trabajo de la Princesa Diana por la comunidad”, dice. Su frase, «Los jóvenes tienen el potencial de cambiar el mundo», le ha quedado grabada. Es una filosofía que ha guiado la trayectoria de Arsh y sigue impulsando su misión.


Arsh Pal en la función de premios KCRG-TV9 donde fue elegido y galardonado con el Premio Nacional Thomas Jefferson premio entre los nueve homenajeados
Planes para el futuro
Este estudiante de noveno grado de la escuela secundaria Plainfield North de Illinois sueña con estudiar biología o medicina; sabe que la pintura y la filantropía siempre formarán parte de su identidad. Su padre, oriundo de Hyderabad, y su madre, de Indore, le han inculcado valores como la humildad, el trabajo duro y la generosidad.
“Cuando hago algo bueno, me motiva mucho a seguir haciendo arte y ayudando a la comunidad”, dice. Y esa motivación es el alma de todo lo que hace.


Arsh Pal con su familia
En el mundo de Arsh Pal, cada lienzo es más que solo color y forma. Es un vehículo de esperanza, un mensaje de bondad y un poderoso recordatorio de que cuando el arte se une al corazón, incluso las manos más pequeñas pueden marcar la diferencia.
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