Riad, Arabia Saudita, Código postal: 12242
Todavía recuerdo mi primer día en Riad; fue como adentrarme en un mundo que jamás imaginé. Hace dos años, dejé atrás las ruidosas calles de Delhi para ir a trabajar a Arabia Saudita. Por aquel entonces, había oído historias de que Arabia Saudita era una sociedad muy conservadora donde las tradiciones regían todos los aspectos de la vida. Sentía curiosidad y un poco de nerviosismo, pero nada me preparaba para la transformación que presenciaría aquí con el tiempo.
Al principio, Riad me pareció muy diferente a lo que conocía. La ciudad aún conservaba muchas de sus antiguas costumbres: estrictas normas sociales y un estilo de vida cuidadoso, mesurado y profundamente tradicional. Pero a medida que los días se convertían en meses, empecé a ver cambios drásticos. Hoy, Riad evoluciona a un ritmo que jamás imaginé. Se está convirtiendo en una ciudad vibrante y multicultural que acoge a personas de todo el mundo, y este cambio ha sido tan sorprendente como emocionante.
Cada mañana, empiezo el día con un refrescante paseo por el Parque Rey Abdullah. El parque es un remanso de paz en medio del ajetreo de la ciudad, un lugar donde se unen modernos rascacielos y exuberantes espacios verdes. Al caminar por los senderos pavimentados, el suave susurro de las palmeras y el suave chapoteo de las fuentes me recuerdan la inmensa belleza de esta ciudad. Es un marcado contraste con las mañanas abarrotadas y caóticas que solía vivir en Delhi.
Al principio, mis días de trabajo en Riad se sentían un poco extraños. Estaba acostumbrado al ritmo de vida acelerado de la India, donde cada minuto cuenta. Sin embargo, en Arabia Saudí, noté algo notable: la gente está empezando a valorar el equilibrio y el tiempo personal. Mis compañeros, que ahora vienen de muchas partes del mundo, se saludan con cálidas sonrisas y comparten almuerzos largos y relajados. Recuerdo un día en que un amable compañero de trabajo me invitó a un restaurante local en el Barrio Diplomático. Mientras disfrutaba de una deliciosa comida de biryani picante y naan fresco, me di cuenta de que no solo el ambiente laboral era acogedor, sino que la propia cultura se estaba abriendo poco a poco a nuevas ideas y estilos de vida.
Uno de los aspectos más emocionantes de mi nueva vida es explorar la cambiante escena cultural de Riad. Hace unos años, la idea de festivales de arte internacionales o conciertos de música multicultural en Arabia Saudita habría parecido imposible. Hoy, estos eventos son una realidad. He asistido a varias exposiciones, espectáculos de música en vivo y festivales culturales que muestran lo mejor de las tradiciones saudíes y las influencias globales. Este cambio no solo se percibe en los eventos, sino que ocurre a mi alrededor, desde nuevos centros comerciales y galerías de arte moderno hasta restaurantes renovados que ofrecen una mezcla de sabores tradicionales saudíes y cocina internacional.
Hablemos de comida, ¡uno de mis temas favoritos! Los fines de semana, suelo explorar sitios gastronómicos locales. Uno de mis favoritos es una pequeña cafetería en el animado barrio de Al Olaya. Allí disfruto de una taza de rico café árabe acompañado de un plato de mutabbaq, un sabroso pastel relleno de carne y verduras especiadas. Cada bocado me recuerda que, incluso en una sociedad que antes era conocida por sus estrictas costumbres, existe una creciente apertura a la creatividad y la fusión. Incluso he descubierto restaurantes que combinan especias indias con ingredientes saudíes locales, creando sabores que son a la vez familiares y maravillosamente nuevos.
El paisaje de Arabia Saudita es simplemente impresionante. Me aseguro de tomarme un tiempo libre del trabajo para visitar los increíbles parajes naturales de los alrededores de Riad. Uno de mis viajes favoritos ha sido al Fin del Mundo, un lugar impresionante donde el vasto desierto se une al cielo. De pie en esos altos acantilados, contemplando el infinito mar de arena extenderse bajo mis pies, siento una sensación de libertad y asombro. Son momentos como estos los que me recuerdan cuánto me ha ayudado este nuevo entorno a sanar el alma después del ritmo frenético de Delhi.
Las tardes en Riad son una revelación. Ahora disfruto relajándome en un acogedor y moderno café en el Distrito Financiero Rey Abdullah, donde se mezclan expatriados y locales. Aquí, bajo la suave luz ambiental, charlo con amigos sobre nuestras diversas experiencias: desde historias de la vida en la India hasta las muchas sorpresas que esta ciudad nos ha ofrecido. También he descubierto que el pasado conservador de Arabia Saudita está dando paso poco a poco a un presente más abierto y acogedor. El gobierno ha introducido nuevas reformas, abriendo la economía y la escena cultural al mundo. Parece que el país está a punto de convertirse en el próximo gran centro global, uno donde la tradición se fusiona con la modernidad de las maneras más emocionantes.
También he participado en eventos comunitarios que celebran este cambio. Me uno a reuniones locales organizadas por la comunidad india de expatriados, donde compartimos comidas, historias e incluso celebramos festivales como Diwali con toda la alegría y las luces que recuerdo de mi tierra. Estas reuniones no solo me han permitido experimentar la India en una tierra lejana, sino que también me han demostrado que el cambio puede ser a la vez suave y profundo. La sociedad conservadora que una vez esperé ahora está evolucionando: más abierta, más acogedora y llena de promesas.

Distrito financiero King Abdullah
Adaptarme a la vida en Riad no siempre fue fácil. Hubo momentos en que extrañé el caos y la energía habituales de Delhi, y tuve que aprender una forma de vida completamente nueva. Pero ahora, cada día en esta ciudad en crecimiento y dinámica me llena de esperanza. Las oportunidades laborales, los eventos culturales, los impresionantes paisajes naturales y las cálidas sonrisas de una comunidad diversa han hecho de Riad mi nuevo hogar.
En pocas palabras, vine a Riad por trabajo, pero acabé descubriendo un lugar donde realmente puedo vivir, respirar e inspirarme. Arabia Saudita ya no es la tierra conservadora que alguna vez imaginé; es un lugar de cambio emocionante, donde el pasado se fusiona con el futuro. Y mientras sigo explorando sus calles, saboreando su gastronomía y disfrutando de sus maravillas naturales, me siento agradecido por este nuevo capítulo de mi vida: un capítulo lleno de crecimiento, equilibrio e infinitas posibilidades.
- Vea más historias de vecindarios en India global